jueves, 23 de enero de 2014

Challenger

Nos cuentan en la carrera que cuando construían el transbordador espacial Challenger hicieron millones de pruebas. Tenían equipos de expertos que se encargaban de que todo funcionara como debía de funcionar. El Challenger tenía una pieza llamada “anillo rotórico”. Estas piezas son como las arandelas que tienen los grifos para que no se filtre agua por los empalmes. En el caso del transbordador, los anillos rotóricos evitaban que el hidrógeno se saliese del motor del cohete que lo impulsaba al espacio. Esos anillos se probaron en todos los escenarios posibles. Todos salvo uno. El frío. No era necesario, ya que era absurdo pensar que helaría en el sur de Florida, donde se lanzaba el Challenger.
El 28 de enero de 1986 una ola de frío hizo descender la temperatura nocturna hasta -8 grados.
Aquellos anillos no funcionan por debajo de 4.
73 segundos después de despegar el Challenger se convierte en una bomba y explota.

Y aquí estoy yo. 27 años después. Visualizando todos los escenarios posibles. Intentando anticiparme a todos los contratiempos posibles. Estudiando el plan perfecto para llegar a ti. Y en lo único que puedo pensar es en que una puta ola de frío nocturna me alcance, helándome el corazón, y dejándome a 73 segundos de explotar por los aires.


Peraltucho

1 comentario: