domingo, 21 de abril de 2013

Marta, Te amo


A dos calles de mi piso hay una pintada que reza: “Marta Te amo”. Esta escrito con spray en la acera. Justo debajo de un pequeño bloque de pisos. Cada vez que paso me gusta imaginar que en un arrebato amoroso, el amante de Marta decidió declarar públicamente que sus sentimientos, sin saber, que desde entonces la estaría condenando a una dulce rutina.

Imagino a Marta levantándose y desperezándose en la cama. Con el pelo revuelto y los ojos todavía hinchados marcha dando tumbos hasta la cocina y prepara café. Mientras marea el café con la cucharilla, su móvil se ilumina con un mensaje: “Asómate a la ventana”. Ella, todavía dando vueltas al café, se asoma y contempla la pintada y a su amado junto a ella con una sonrisa de oreja a oreja y, quizás, una rosa en la mano. Desde entonces, todas las mañanas, Marta prepara su café y se lo toma en la ventana, contemplando su declaración de amor y siendo plenamente consciente de que es amada incondicionalmente.

Puede que Marta ya no viva en ese bloque. Puede que no haya vivido nunca allí. Puede que Marta ya no sea amada (al menos por el autor de la pintada). Pueden haber ocurrido muchas cosas desde que alguien decidió dejar por escrito aquello. Pero lo único cierto, es que cada vez que paso por allí, no puedo evitar levantar la mirada esperando encontrar a Marta sonriendo, plenamente enamorada, mientras sujeta un café con ambas manos.


Peraltucho

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