Llega Octubre a su fin y yo sin ningún texto que publicar. Y
no es que me haya pasado nada que merezca ser contado, al contrario, estoy
deseando que la inspiración termine de golpearme para poner por escrito todo lo
vivido en este mes, pero de momento se resiste. Siempre he pensado que
Septiembre y Octubre eran meses condenados a ser olvidados, eran los actores
secundarios, los que pasan sin pena ni gloria… Parece ser que me equivocaba.
Asumid, sin miedo a equivocaros, que la causa de que no haya
nada que publicar tiene nombre de mujer. Es difícil escribir sobre ella, pues
es difícil plasmarla en el papel, pero cuando pienso en ella, a mi mente viene
la portada de Avería y Redención, junto con sus melodías y sus versos. Intento
no idealizarla, sé que, como todos, tiene sus inseguridades, sus dudas, sus
rarezas… pero su pijama consiste en una camiseta de Jim Morrison y eso hace que
se te olvide todo lo demás.
Sabed de ella que su color favorito es el rojo, le encantan
los tacones, lleva una estricta dieta de solomillos al roquefort, deja unos
pelos super largos en la almohada, su perfume dura dos días en las sabanas y
que cuando sonríe de verdad enseña todas las encías, lo cual es uno de los
espectáculos más adorables que podáis presenciar.
Pero supongo, que en el fondo, lo que la hace tan especial,
es que, a pesar de que durante toda mi vida siempre he pensado que perder la
cuenta de algo contaba como un fracaso, hasta que no ha llegado ella, no me he
dado cuenta de lo maravilloso que podía ser perder la cuenta de los días en los
que me levanto a su lado.
Peraltucho
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