miércoles, 6 de agosto de 2014

Mil y una noches

En la versión tradicional de “Las mil y una noches”, el Sultán descubre que Sherezade (su esposa) lo engaña. El Sultán decide condenarla a muerte, sin embargo, Sherezade consigue engañarlo, el último deseo de ella es contar un cuento al Sultán, durante toda la noche se dedica a narrarlo, y cuando se encuentra en el momento álgido de la historia, amanece y el cuento debe de interrumpirse. El Sultán picado por la curiosidad decide dar otro día de vida a su esposa para que la siguiente noche continúe la historia. De esta manera, Sherezade, noche tras noche, consigue engatusar al Sultán y alargar un día más su vida, hasta que al cabo de mil y una noches, y mil y una historias, el Sultán se da cuenta de que vuelve a estar enamorado de Sherezade y decide perdonarle la vida.

Siempre pensé que esta trama era una mera excusa para contar todas las historias y cuentos que hay dentro de las mil y una noches, para contar lo realmente importante. Pero hace poco encontré otra versión de la historia del Sultán y Sherezade. En esta nueva versión el matrimonio, aburridos el uno del otro, se propone un juego, cada noche uno contará un cuento al otro, el primero en fallar y no conseguir recordar o inventar una historia para su pareja perderá la cabeza, heredando así todo el reino. De esta manera cada noche se juegan la vida para entretenerse mutuamente, hasta que al final, al cabo de mil y una noches, uno de los dos termina perdiendo la cabeza.

A pesar de lo macabro del juego, y de lo triste del final, creo que la persona que lo escribió no creó esta historia solo para contar pequeños cuentos, esta persona era perfectamente consciente de lo que hacía y nos dejaba “escondida” una gran verdad:  La de que el amor dura exactamente mil y una noches. En el momento en el que uno de los dos no tenga nada que aportar a la otra persona, significará que todo ha terminado. Puede que sean mil y una noches, puede que sean tres cafés, o puede que sean cien vidas, pero si en algún momento, uno de los dos no sea capaz de pasar una noche inventando historias para la persona a la que quiere, significará que el amor ha muerto.



Peraltucho

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