Lo que me mata no es que dijeses que ibas a llamar y nunca llamases.
Lo que me mata no es que te fueses sin despedirte.
Lo que me mata no es que no cumplieses ninguna de tus promesas.
Lo que me mata no es que hayas conseguido olvidarte de mí.
Lo que me mata no son tus silencios.
Lo que realmente me mata es el hecho de que eres feliz, y no es gracias a mí.
Peraltucho